Nuestra Historia
Nuestro Equipo
Las personas en nuestro mundo están interconectadas ahora más que nunca y la Hesperia no es la excepción. Nuestro trabajo hacia el desarrollo sustentable y esfuerzos de conservación no serían posibles sin nuestra familia, colaboradores, pasantes, voluntarios, investigadores, visitantes y organizaciones asociadas; nuestro equipo es grande, dinámico e increible.
En la actualidad
En el 2021 se completaron ya 50 años de La Hesperia en manos de la familia Játiva cuya visión fue siempre de amor y respeto a la naturaleza incluso en épocas en las que las palabras conservación o ecología no tenían significado en nuestro medio. Fue esta forma de ver la vida, así como la tenacidad de sus dueños, lo que permitió conservar hasta la actualidad una propiedad de 800 hectáreas, de las cuales alrededor de 600 hectáreas son de bosque primario.
El trayecto de La Hesperia ha sido largo y diverso y aún queda mucho por hacer. La reserva continúa re-imaginando como asegurar la protección del bosque nublado y desarrollar diversos conceptos relacionados con una vida sustentable.
Como decimos aquí en La Hesperia, la conservación siempre ha sido y será una responsabilidad compartida.
La hesperia como Proyecto Educativo
Desde el 2009 al 2014, la Hesperia fue un centro educativo para los niños de la comunidad vecina.
Aunque en este momento no se estén ofreciendo clases, la Hesperia continua su compromiso de ser un espacio de aprendizaje al exterior, rodeado por las miles de especies y los años de evolución que conservan sabiduría única.
La Hesperia como Reserva
En la actualidad La Hesperia ha constituido varias asociaciones con fundaciones y organizaciones para financiar proyectos educativos y de conservación.
Decenas de investigadores de diversas áreas, científicos y estudiantes han pasado por la reserva y han documentado sus estudios en diversas publicaciones.
En 1992, el primer plan de manejo fue escrito y voluntarios de todas partes del mundo empezaron a unirse a nuestra causa para combatir la deforestación
En 1988, se tomó la decisión de proteger para siempre los bosques de La Hesperia para preservar la vida silvestre, pensando que era la decisión más acertada en beneficio del mundo en general.
La Hesperia como hacienda
Desde 1971 La Hesperia está en manos de la familia Játiva, particularmente del doctor Mario Játiva Cevallos quien falleció en 2012, de su esposa y de las familias de sus hijos. En un inicio fue una época de consolidación de una propiedad que fue explotada ya desde inicios del siglo XX y que requería atención prioritaria de definición de linderos, afrontar la acometida de la reforma agraria, construcción y mejoras de las vías de acceso y la explotación agropecuaria, en una parte pequeña de la propiedad, que permitió afrontar estos gastos
La Hesperia antes de 1971
Dos propietarios extranjeros estuvieron aproximadamente dos décadas cada uno afrontando el reto de hacer producir las tierras de La Hesperia, con la explotación de lo que mejor consideraron que se daba en sus tierrras, la caña de azúcar, la molienda y la destilación de aguardiente. Fue una tarea muy dura para ambas familias.
El doctor checo Karel Vohnout, nacido en Breno en 1895 llegó al Ecuador alrededor de 1930. Ya establecido en Ecuador y a su mediana edad, recibió de su suegro, hombre de gran fortuna, el italiano Damián Miranda, una gran propiedad subtropical, La Esperie, misma que de alguna forma pasó de las manos de otros italianos, los hermanos Liut, a las de Miranda. Particularmente, Elia Liut veterano aviador de la primera guerra mundial, es muy conocido por ser el primer aviador que cruzó los Andes ecuatorianos en el Telégrafo I
Antes de ellos, y esto por testimonio del mismo Vohnout las tierras de La Hesperia debieron ser parte de grandes propiedades de quienes primero se establecieron en Santo Domingo como el francés Gachet.